Te hablo hoy de viajes, excursiones y conectividad: la cuestión que surge con las salidas escolares y la «necesidad» de que nuestros hijos lleven consigo un dispositivo para estar conectados.

Volvemos a las salidas escolares, a los viajes de estudios y excursiones, y como padres se nos plantea la cuestión de si dejar a nuestros hijos viajar con teléfono o no.

Por un lado, la idea de poder tener contacto con el menor durante los días que esté fuera de casa nos hace sentirnos más tranquilos: podemos saber en cualquier momento cómo está y el/ella puede contactar con nosotros con facilidad si surge algún inconveniente.

Por otro lado, un dispositivo como un smartphone (que recordemos que no es solo un teléfono) en manos de un menor sin supervisión nos produce vértigo y, por qué no decirlo, desconfianza.

Viajes y conectividad: confianza previa

Sabes que mi proyecto de educar en valores digitales se centra fundamentalmente en la mediación parental y la parentalidad digital positiva, dos conceptos que redundan en la idea de educar en el buen uso de la tecnología y en generar confianza con nuestros hijos para que, si surge el problema en la Red, sepan cómo actuar o, en su caso, pedir ayuda.

Sin embargo, soy consciente de que ésta no es una tarea sencilla.

Es un trabajo diario y a veces (muchas) tenso, como cualquier aspecto de la educación de un hijo/a.

Si has desarrollado ese trabajo previo de educar en valores quizás te resulte menos complicado decidir si «móvil sí o móvil no» en las salidas escolares.

Dependerá por supuesto de lo que hayas visto en casa, de tus impresiones y experiencias diarias.

Pero tanto si tu experiencia no ha sido positiva o te está costando un poquito concienciar a tu hijo/a como si empiezas de cero ahora, no te preocupes, te traigo unas sencillas pautas a aplicar si has decidido que viaje con su dispositivo.

Tres reglas básicas para viajar con móvil

Smartphone prestado

Parece un detalle sin importancia pero el hecho de que el menor no lleve un dispositivo propio sino «prestado» y enseñarle que debe devolverlo en el mismo estado en que lo recibió puede ayudar a que tome conciencia de su cuidado.

Piensa que hay ocasiones en las que el «problema digital» o de seguridad de nuestra información surge por la pérdida o robo de nuestro dispositivo.

Una manera de intentar evitar riesgos de este tipo es que el menor esté centrado en cuidar y proteger un dispositivo que tiene que devolver porque no es suyo.

Tengamos además la precaución de prestar el dispositivo vacío de información (galería de imágenes, vídeos, documentos…).

Conexión sin datos

Si lo que pretendemos es dejar a los menores que viajan solos un dispositivo para que puedan conectarse con nosotros ante un inconveniente que pueda surgir o para saber de ellos durante el tiempo que dure el viaje, no es necesario que tengan conexión a internet.

Un dispositivo con el que se puedan hacer llamadas es suficiente.

Con una tarjeta de móvil sin datos limitamos el problema de la Red.

Y digo limitamos, y no eliminamos, porque existen formas de conectarse a Internet independientemente de si la tarjeta del teléfono tiene contratada la tarifa de datos o no, por ejemplo, a través del wifi del lugar en el que se encuentre el menor.

Pero como digo, de alguna manera limitamos el riesgo.

Aplicaciones de control parental

Si creemos necesario que el dispositivo del menor esté conectado a la Red, tenemos la opción de instalar alguna aplicación de control parental.

Las posibilidades que nos ofrecen este tipo de aplicaciones son muy variadas.

Yo me quedaría con dos datos:

  • podemos saber dónde se encuentra el dispositivo (presumiblemente el menor también) lo cual puede resultar muy útil en determinados casos;
  • podemos limitar el uso de determinadas aplicaciones o incluso del mismo dispositivo, en función de lo que consideremos necesario o no o de la hora del día en la que es más beneficioso su uso.

Por ejemplo, piensa que si el dispositivo se bloquea a partir de las 10 de la noche podemos minimizar el riesgo de que realicen fotos en las habitaciones del hotel o el lugar donde los menores estén pasando la noche.

Soy consciente de que el uso de un dispositivo móvil por un menor entraña muchos quebraderos de cabeza para los padres.

Sabemos que no podemos vivir al margen de la tecnología pero tampoco podemos dejar en manos de nuestros hijos/as un mini ordenador (smartphone) con acceso a un mundo de adultos (Internet) sin supervisión y confiar en que no pase nada.

Actuando con responsabilidad y con dedicación a la educación digital de nuestros hijos conseguiremos evitar muchos problemas y situaciones incómodas. Y a la larga es más beneficioso.

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